Vaivén
Del lápiz a su piedra
Del acuarela a tus uñas
Del amor a la orquesta
Que en las tardes nos susurra
Amada y querida noche
Que en tus sueños, los reproches
Amado y querido día
Que en tus luces, mi alegría
De la nostalgia y fortaleza
De tan onírica belleza
De mis líricas y agonía
De lo que yace en sintonía
El universo y sus destellos
Que de ellos, tus trayectos
La vía láctea, tu fragancia
Que con dejadez, la elegancia
Con tus manos un puñado de remos
Para nadar entre la lejanía
Entre la luna y sus extremos
Para olvidar aquello que ayer oía
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